Los comienzos no son fáciles y mientras más edad tenemos más nos asusta y nos da temor volver a empezar. Esa era la razón por la que permanecía al lado de un hombre que yo sabía que ya no me amaba.
Que triste es darse cuenta que la persona que juro amarte por siempre dejó de hacerlo, pero lo más penoso es que cierres los ojos a esa realidad. Pensando que haciendo eso, nada te afectará y todo seguirá igual.
La costumbre y el miedo pueden hacer que cerremos los ojos a nuestra realidad que no es más que una forma de huir y de no enfrentar lo que te está tocando vivir.
Sentir temor al cambio es una reacción muy humana, cuando llevamos mucho tiempo con alguien hemos construido una manera de vivir, romper con todo eso genera incertidumbre.
¿Por qué el temor al cambio?
Aunque sabía que las cosas no estaban bien, me había acostumbrado a esa relación que ya era tóxica, pero me sentía cómoda con lo que tenía, me había acostumbrado a que me ignorara. De nada servía que me pusiera linda para él, porque ni siquiera lo notaba. Yo ya veía «normal» esa clase de comportamiento.
Lo más triste de todo esto, es cuando nosotras mismas no los comenzamos a creer. Empezamos a sentirnos como un adorno más, ya hacemos juegos con los muebles de la sala, donde muchas veces lo esperamos despierta hasta altas horas de la noche, porque no llego a la cena romántica que le teníamos preparada ¡Eso me ocurrió tantas veces!
Aprendes a vivir de esa manera, aceptando malos tratos, aceptando que te ignoren, conformándote con migajas de cariño, culpándote por errores que no son tuyos, llorando a escondidas, sintiéndote sola estando acompañada. Cualquier cosa es válida, menos cambiar.
¿Cómo se afronta el temor al cambio?
Se puede resumir en una sola palabra «valor», solo con valentía podemos salir de esa comodidad emocional y afrontar la situación por la que estamos pasando. Eso fue precisamente lo que hice me llene de valor, recordé como era antes de conocerlo y con el poco de amor propio que tenía, comencé a caminar hacia mi libertad.
Cada paso que daba, sentía que me moría de temor, mi cuerpo temblaba al solo pensar que estaba dejando atrás aquella casa que por tanto tiempo fue mi hogar, todo lo vivido, todos mis sueños, al hombre que tanto amé, sentía que una parte de mi se desgarraba, que me asfixiaba, que no podía respirar, que no iba a poder continuar sin él, que no encontraría a nadie más que quisiera estar a mi lado. Sin embargo no quería regresar ya mi decisión estaba tomada.
Seguí mi camino sin él, ya han pasado algunos años, y para mi sorpresa jamás quise volver, aunque dure un buen tiempo sola mientras mis heridas sanaban, mientras me aprendía a valorar y a quererme. Sin darme cuenta el tiempo fue pasando y estuve lista para volver a amar, la vida me permitió conocer a alguien que quiere caminar a mi lado, que se alegra con mis triunfos, que me apoya en mis fracasos, el amor si existe y va de la mano conmigo, volví a ser feliz.
Dejar una respuesta