En el siglo XX existió un biólogo llamado Alfred Kinsey, quien dio mucho de qué hablar. El estadunidense hizo público un ensayo en el que se estudiaban los comportamientos sexuales, tanto de las mujeres como de los hombres. Lo realizó mediante un famoso mecanismo de medición de la orientación, que contaba con una escala del 0 (heterosexual) al 6 (homosexual).
Fue en el año 1979 cuando se modificó la conocida escala de Kinsey. Michel Storms aseguraba que la misma era muy escaza, decidió anexar la bisexualidad, la asexualidad, y algunas otras. Sin embargo, la escala se fue tornando mucho más grande y difusa, pero los roles todavía continúan muy ceñidos.
Hoy en día se han realizado varios experimentos, algunos por estudiosos de la Universidad de Cornell y de la Universidad de Essex, quienes han intentado afirmar a teoría que afirma que la heterosexualidad firme y completa no existe.
Cuando realizaron el estudio, los investigadores utilizaron un grupo de personas en donde hubo personas de ambos sexos. A los mismos, los pusieron a ver pornografía de personas de ambos sexos, mientras se les estudiaba la dilatación de la pupila, siendo este un indicativo de excitación que no se puede evitar.
El estudio dio como resultado que las mujeres que afirmaban ser homosexuales tuvieron una reacción más intensa al ver pornografía lésbica. Pero aquellas que decían ser heterosexuales también sintieron excitación al ver los vídeos, solo que en menor cantidad. Sin embargo, algunos estudios anteriores han afirmado que la orientación sexual de las mujeres es un poco más versátil que la de los hombres.
Extrañamente, durante la investigación anterior, los expertos se dieron cuenta de que las pupilas de los hombres tuvieron más dilatación al observar una foto de masturbación, sin importar el sexo ni su orientación.
La Orientación Sexual, se ve perjudicada por las etiquetas sociales
El director del Laboratorio de Sexo y Género en el Departamento de Desarrollo Humano de la Universidad de Cornell, Savin-Williams, afirma que el hecho de que las mujeres sean más volátiles que los hombres en su sexualidad. Podría ser debido a las dañinas etiquetas que existen sobre la masculinidad dentro de la sociedad.
El experto Ignasi Puig Rodas, psicólogo y sexólogo, explica que siempre han existido estas etiquetas de la sociedad sobre cómo deber ser un “hombre de verdad”. En donde también se han incluido la virilidad y la masculinidad, y que hoy en día algunas todavía continúan.
El mismo experto, asegura que en la actualidad una gran cantidad de hombres han venido “desedificando” aquellas etiquetas que les han impuesto a los hombres cómo deben actuar. Han ido tomando estas cosas y las han ido destruyendo poco a poco, demostrándole al mundo entero que no existe un modelo sobre la masculinidad. El mundo se está transformando, pero debemos ser pacientes.
Esto mismo también sucede con las mujeres, a quienes se les ha inculcado patrones que deben seguir. Por ejemplo, los españoles suelen saludar a las mujeres con dos besos en la mejilla, pero los hombres solo deben darse la mano. Esto se hace debido a que las mujeres son más “sentimentales y frágiles”, volviendo más normal el contacto físico entre mujeres, atribuyendo a la sexualidad fluida.
Sin embargo, el experto cree que la heterosexualidad completa si existe, pero que no siempre es libre… Es muy complejo acoplarse a una orientación. Esto se debe a que una persona puede afirmar que pertenece a cierta orientación, después de experimentar y haber conocido las orientaciones más a fondo.
Afirma que la frase que asegura que todo somos bisexuales, es muy polémica y compleja de contestar. Pero algo que sí es seguro es que nuestro cuerpo reacciona de la misma forma ante el contacto físico, sin importar si proviene de un hombre o de una mujer.
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